martes, 13 de noviembre de 2012

MÉTODOS CIENTÍFICOS.





I. EL MÉTODO DEDUCTIVO: 

Podemos definir el método deductivo como aquel método que partiendo de unas premisas teóricas dadas llega a unas conclusiones determinadas a través de un procedimiento de inferencia o cálculo formal. El paso de las premisas a la conclusión o conclusiones se realiza a través de ciertas reglas lógicas específicas (por ejemplo, la regla del modus ponens o procedimientos silogísticos derivados de ella) o de ciertos procedimientos matemáticos. 
Una de las críticas que se hace al método deductivo: que es tautológico o, en otras palabras, que la información que se obtiene a través de él es una información repetitiva contenida en las premisas que usa.
Otro problema que plantea el método deductivo es cómo introduce en sus premisas información empírica.
Teniendo en cuenta lo dicho anteriormente muchos autores sostienen que el método deductivo, tal cual, no es el método de las ciencias naturales pero sí el método de las ciencias matemáticas que, aparentemente, no hacen referencia a la experiencia inmediata.
El método deductivo siendo básicamente un método lógico-matemático no es, por ello, un método de resolución mecánica de los problemas. La creatividad, el análisis y la reflexión humana son elementos imprescindible para el uso de este método. 

II. EL MÉTODO INDUCTIVO:

Se puede definir la inducción como el método de investigación que partiendo de observaciones particulares llega a leyes generales. 
Este método, a diferencia del deductivo, permite introducir elementos de la experiencia en el conocimiento pero ha recibido innumerables críticas por parte, sobre todo, de autores empiristas, especialmente por parte de Hume. El problema que plantea la inducción, según Hume, es que, precisamente, la idea de que de observaciones particulares pueden inferirse leyes generales es errónea. Una observación particular, por muy amplia que sea, siempre será particular y por lo tanto no englobará a todo. El salto de la experiencia particular a la ley general ésta justificado por el hábito o la costumbre nunca por la ciencia. Para que podamos inferir de la experiencia una ley general sería preciso que el número de observaciones fuese igual al número de casos posibles, algo, por lo común, imposible.

III. MÉTODO HIPOTÉTICO-DEDUCTIVO

 El método hipotético-deductivo es el procedimiento o camino que sigue el investigador para hacer de su actividad una práctica científica. El método hipotético-deductivo tiene varios pasos esenciales: observación del fenómeno a estudiar, creación de una hipótesis para explicar dicho fenómeno, deducción de consecuencias o proposiciones más elementales que la propia hipótesis, y verificación o comprobación de la verdad de los enunciados deducidos comparándolos con la experiencia. Este método obliga al científico a combinar la reflexión racional o momento racional (la formación de hipótesis y la deducción mediante la observación de la realidad o momento empírico (la observación y la verificación). 
Fases del método hipotético-deductivo:
I. Observación
Es la fase de descubrimiento del problema que se va a investigar. Esta suele comenzar con la presencia de una duda o problema que es el origen concreto de la investigación, aunque la observación también puede ser accidental. Un buen ejemplo de observación accidental lo encontramos en los trabajos de Pavlov, que estudiando la fisiología de la digestión en los perros, se encontró con el fenómeno de los reflejos condicionados.
Ya se trate de un tipo de observación accidental o sistemática, el paso de la observación requiere dos condiciones para que adquiera el calificativo de científica. En primer lugar, tiene que registrar un fenómeno que pueda medirse o cuantificarse de alguna manera. Sin este requisito, no es posible la aplicación del método hipotético deductivo. En segundo lugar, tiene que tratarse de un fenómeno o acontecimiento que se pueda repetir, ya que para poder aceptar o rechazar hipótesis respecto a dicho fenómeno es necesario poder replicar el fenómeno que se está estudiando.
Una vez que el investigador ha tomado contacto con un problema determinado y ha registrado los datos significativos sobre el mismo, el siguiente paso consiste en formular una hipótesis.
II. Formulación de hipótesis generales que expliquen los hechos observados
Una hipótesis es una conjetura que realiza el investigador en forma de enunciado, cuya principal característica es que puede ser sometida a contrastación experimental. Los enunciados de las hipótesis siguen generalmente la estructura “si... entonces” y especifican bajo qué condiciones se espera que se produzca un resultado o resultados determinados. 
Conforme más datos particulares deducidos de la hipótesis no se falsean por la experimentación, la probabilidad de la hipótesis aumenta Sin embargo, en ningún caso es posible establecer su certeza de modo concluyente porque, siempre puede aparecer una observación que desconfirme la hipótesis. Esta es la característica más importante de las ciencias empíricas y es que siempre son probabilísticas. El científico acumula la mayor cantidad posible de observaciones sobre los casos particulares para llegar a proponer generalizaciones o leyes de carácter general a partir de esas observaciones. Sus conclusiones, por tanto, nunca pueden ser totalmente válidas, sino más o menos probables.
No obstante, la hipótesis general no puede ser sometida a la verificación experimental por lo que el científico tiene que deducir de su hipótesis general un caso concreto que pueda ser comprobado con los datos empíricos. Es decir, formular subhipótesis a partir de la hipótesis general.
III. Verificación o contrastación de la hipótesis
Una vez formulada la hipótesis y sus consecuencias es preciso proceder a su verificación o contrastación, esto se puede realizar a través de diferentes métodos.

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